Del yacimiento a Wallapop: así funciona el menudeo ilegal de bienes arqueológicos
¡ Qué triste resulta que el patrimonio de la humanidad se venda de una manera tan insensible!¡O tempora, o mores!
Ya no hacen falta intermediarios ni vendedores para que un expoliador coloque su mercancía

Benito vende su detector de metales por Wallapop. También
muchas monedas romanas de antes de Cristo que ha conseguido con él. No
es el único: hay cientos de perfiles en la aplicación que venden
ilegalmente bienes arqueológicos, desde medallones a fósiles o puntas de
flecha, que ellos mismos han encontrado. Wallapop se ha convertido en
un nuevo mercado donde cualquiera que realice un pequeño descubrimiento
puede venderlo de forma ilegal. Solo se necesita conexión a internet.
Desde un perfil falso en Wallapop, Verne se puso en contacto con varios piteros
(nombre con el que se conoce a los expoliadores que utilizan detectores
de metales, por el pitido que emiten) que vendían sus tesoros. Hemos
comprobado lo fácil que es hacerse con un souvenir de hace
miles de años: por menos de 20 euros pueden adquirirse packs de monedas
romanas, puntas de sílex, trilobites fosilizados… Y por lotes un poco
más grandes, hasta te lo mandan gratis a casa.
No notificar a las autoridades un hallazgo de este tipo
tiene responsabilidades administrativas e incluso penales. Cualquier
descubrimiento arqueológico debe ser comunicado, pero hay quien los pone
directamente la venta en internet para sacarse unos euros extra.
Algunos vendedores están incluso profesionalizados: “Hay familias
enteras que viven de esto”, cuenta a Verne Alberto Rodao, jefe del Grupo de Patrimonio de la Guardia Civil. Sin embargo, la mayoría son amateurs, y algunos ni siquiera saben qué es lo que venden. Este, por ejemplo:
“Obviamente, hay un mercado de arqueología ilegal que
funciona y que la gente intenta explotar desde hace cientos de años”,
cuenta a Verne Luis Lafuente, director general de Bellas Artes y Patrimonio Cultural.
Sin embargo, el negocio ya no es el que era. Se ha agravado: “Es
difícil localizar tanto los objetos como a los vendedores en las ventas
online”, lamenta. En la misma línea se manifiestan desde Guardia Civil:
“Internet lo ha cambiado todo”, cuenta Rodao. “Siempre ha habido una
cadena formada por expoliadores, intermediarios, vendedores y
coleccionistas. Ahora, cualquier pitero puede vender directamente”.
Lafuente reconoce que la mayor preocupación de su
departamento no son las pequeñas ventas en plataformas de segunda mano,
sino los grandes movimientos que sacan el patrimonio fuera del país. Sin
embargo, estos menudeos son, en ocasiones, la punta del iceberg de
operaciones más amplias: el pasado noviembre, Guardia Civil detuvo a una pareja que tenía a la venta más de 1.200 piezas online.
Como recogía EL PAÍS, habían obtenido más de 100.000 euros vendiendo
lotes en el extranjero. Como Wallapop solo opera en España, las ventas
internacionales se realizan a través de otras plataformas, como la
página de subastas Ebay o Facebook Marketplace.
Un paseo por el Wallapop arqueológico
En España, buena parte del negocio de los piteros
se concentra en el sur de la Península. “Es donde hay mayor cantidad de
yacimientos”, afirma Rodao. Las búsquedas en Wallapop aparecen
geolocalizadas, y la mayoría de los vendedores con los que ha contactado
Verne se encontraban en Andalucía, Murcia y Castilla-La
Mancha. Las monedas antiguas, por la facilidad de localizarlas con un
detector de metales, son la pieza más ofrecida.
¿Cuánto podemos gastar en monedas? Lo que queramos: los piteros ofrecen desde ases –la moneda romana de menor valor– por un euro a denarios –la de más valor– por cerca de mil euros. También packs de monedas y “lotes sin limpiar ni catalogar”:
Los vendedores rara vez ponen dificultades ni piden
información al comprador. En menos de dos mensajes, algunos ofrecen su
teléfono para seguir hablando por WhatsApp o se ofrecen a quedar para
ver la mercancía en persona.
Además de dinero, muchos piteros buscan intercambiar sus
tesoros por detectores de mejor calidad para hacer búsquedas más
exhaustivas. “Con uno de 200-300 euros te dejarías la mitad de las
monedas aunque pases por encima de ellas”, cuenta uno de ellos que
tiene, al menos, tres detectores: dos a la venta en Wallapop y un
tercero que utilizaba actualmente en sus búsquedas. “Salgo casi todos
los fines de semana”, dice.
Un problema casi imposible de detectar
Wallapop no se pone en contacto con Guardia Civil cuando localiza un
anuncio que puede ser ilegal, aunque procede a controlarlo y eliminarlo.
“Tenemos un equipo de moderación de productos ilícitos”, explican desde
su departamento de comunicación. “Hay una lista de palabras [antigüedad, s.XVII, reliquia…]
que, cuando se utilizan en un anuncio, pasa a análisis de los
moderadores”. También los propios usuarios pueden denunciar anuncios
sospechosos.
Si hay sospecha de que los productos son ilegales, el
anuncio se elimina, según aseguran desde la plataforma. Uno de los
piteros con los que ha contactado Verne explica que le ocurre a
menudo, aunque lo achaca a las fotografías: “No hago más que poner y
quitar fotos porque Wallapop no me deja poner imágenes de algunas
monedas”, cuenta. Una semana después, prácticamente todos los anuncios
de su perfil habían desaparecido.

Desde Wallapop explican que no contactan con las
autoridades cuando localizan este tipo de anuncios porque no pueden
comprobar si las piezas se han conseguido de forma ilícita o no. A la
Guardia Civil, en ocasiones le pasa lo mismo: “La ley de Patrimonio
Histórico se publicó en 1985, así que lo que se obtuviera antes de su
entrada en vigor es legal”, cuenta Rodao.
Hay muchas colecciones legales obtenidas antes de la
entrada en vigor de la Ley. Los piteros lo saben, y se aprovechan: “Para
poder acusar a alguien de expolio tenemos que conseguir vincular el
objeto a la venta con el yacimiento del que ha sido expoliado”, explica
Rodao. “Es muy complicado a menos que los pillemos in fraganti”.
Si no, el vendedor puede alegar que son piezas heredadas o que las
encontró antes de 1985. Algunos vendedores en Wallapop avisan de que sus
piezas son herencias:

Por lo legal también hay recompensa
No hace falta recurrir a la venta ilegal para obtener una
recompensa por un hallazgo fortuito. “El descubridor tiene derecho a un
premio en metálico”, cuenta el director general de Bellas Artes y
Patrimonio Cultural. Para recibirlo, hay que notificar el descubrimiento
a las autoridades autonómicas. En Andalucía, por ejemplo, puede hacerse a través de un formulario online.
“Una vez avisadas las autoridades competentes”, explica
Lafuente, “debe entregar el hallazgo o mantener la custodia legal,
asegurando su conservación”. Una junta de valoración analiza y tasa
entonces el objeto. “El premio es de un 25% del valor con el que se
tase”, cuenta. El propietario del terreno en el que se ha encontrado
recibe otro 25%.
Tanto Wallapop como Guardia Civil recomiendan que, en caso
de que un usuario encuentre un anuncio sospechoso, se ponga en contacto
con las autoridades. “Recibimos bastantes avisos, tanto de particulares
como de historiadores o investigadores”, cuenta Rodao. "Y ojalá fueran
más". Este tipo de ventas no solo son ilegales, sino que pueden ser
fraudulentas. “Hay un gran mercado de imitaciones”, advierte. A lo mejor
ese fósil de trilobite no es más que un pisapapeles muy caro.
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